lunes, 17 de septiembre de 2007

Nada te turbe

Bueno el 15 de octubre no anda muy lejos. Muchos podrán preguntarse cual es la importancia de esta fecha; verán yo soy teresiana de formación y convicción. Estudié durante 15 años en el Colegio La Florida y en ese tiempo se me enseñó a creer en Santa Teresa de Jesús y el idus de octubre es la fiesta de la Santa.

Así que han e imaginar mi beneplácito cuando descubrí que a principios de este año se estrenó la película “Teresa, el cuerpo de Cristo” del director hispano Ray Loriga. Así que como pude me hice de la película pues no solo se trata de mi Santa favorita y modelo de vida, si no que tiene un elenco maravilloso en el que destaca Paz Vega y Geraldine Chaplin.

La historia básicamente va de la vida de Teresa de Cepeda y Ahumada en el Ávila de 1515, mostrando sus diferentes facetas: mujer, escritora del Siglo de Oro, religiosa y Santa. Muestra cómo era la vida en los conventos y de los privilegiados y muestra más humana a la Doctora de la Iglesia.

Sin embargo no es una película para poner en el salón de clases. Es decir el film toma de la escultura de “El éxtasis de Santa Teresa” de Bernini el doble significado de la fe: el goce espiritual es tal que también es goce físico. Muchos incluso han dicho que la cara de Teresa es orgásmica en esta escultura. En esta película utilizan mucho este elemento. La unión de la Santa con Cristo era mas bien sexual que místico.




Creo que siendo seres tridimensionales (cuerpo, mente y alma), el éxtasis debe mezclarse entre nuestras facetas. Y aunque la película me parece muy buena, falla a la hora de mostrar la relación tan profunda de Teresa con Cristo, la relación de la amada con el Amado en esta película carece de fuerza. Como producto celuloidal es excelente, buen guión, hermosa fotografía, muy buenas actuaciones pero no la en el alma.

Personalmente se me hizo un buen intento de crear el mundo y la vida de Teresa de Ávila, pero nunca me creí que fuera ella le falta su “determinada determinación”. Además tiene obvios errores históricos, por ejemplo no retrata la amistad de la Santa con San Juan de la Cruz, el hecho que pasaron veinte años antes de que Teresa tuviera su revelación en el convento, su enfermedad, etc.

En fin, si uno no se sabe de qué se le habla, pues encontrará una buena película retratista. Pero si uno busca encontrar inspiración, sea de la religión que sea, aquí seguro no la encontrará. Para eso, lean mejor “El castillo interior” de Doña Teresa, que ese seguro les sacará lo más puro de su alma.